Me gusta el guateque de la lucha libre, la popular verbena en la que unos enmascarados y otros greñudos simulan una feroz lucha.
La cerveza, los gritos, las porras, ¡párteleeeeee su madreeeee!
Son cuatro luchadores, todos cubren su verdadera identidad bajo una máscara (de patético mal gusto, por cierto), a uno se le salen los cabellos por la nuca y trae un antifaz a modo de lentes es el clásico luchador payaso patiño, su función es que luzca su compañero.
La pelea es de campeonato, suena la campana y empiezan los falso ataques, se toman de ambas manos en una muestra de supuesta fuerza, el referí observa es un mano a mano, de repente un golpe prohibido y El Tirantes (ya conocemos su fama) se hace pendejo, silbando hacía el cielo, es un cínico, le deja ver al público que sabe lo que paso, pero que no hará nada al respecto.
El público reacciona, la silbatina, lanzan objetos al ring, intentando golpear al referí, tienen empatía con el fauleado “El Gallo amarillo” que se revuelca en la lona con las manos en la entrepierna, rueda hacía una orilla y baja del cuadrilátero. Entra su relevo. “Pánico Azul” al entrar al cuadrilátero gira en torno del “Guapito Copete” como acechándolo, se dan la mano y el Guapito aprovecha para mandar una patada a su rival justo en el pie del que cojea debido a su anterior lucha.
En clara desventaja se encuentra Pánico Azul, se ha metido el compañero del Guapito y entre los dos le propinan tremenda golpiza, el Gallo sigue en el suelo, retorciéndose de dolor, el Guapito toma por la espalda a Pánico Azul, El Chukito toma vuelo para estrellarle las botas en la cara, el público arenga al Gallo Amarillo, su compañero necesita su ayuda, otra parte del público aplaude y anima al par de rudazos, El Gallo se pone de pie, el público lo imita y aplaude de pie mientras El Gallo intenta subirse y lo regresan de un patín en el hocico “a chingar su madre” le dice El Chukito, sucede justo en la esquina donde está la porra del Gallo, El Chukito sabe y se mete con ellos, enseña sus músculos (es precavido y mete la panza), el público le grita de todo. Chukito toma vuelo, la patada voladora es su especialidad, Pánico Azul logra agacharse (¡milagro de dios!) y se estrellan las botas en la cara de Guapito que cae tambaleante, y en un acto ilógico, que la física aún no comprende, cae no de espaldas, sino de frente a la lona se lleva las manos al rostro en acto de dolor.
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