Hola Banda, escribo solo para contarles mi triste historia con Bimbo, empresa a la cual le dedique diez años de mi vida, estoy seguro que de esos diez años solo descanse un total de 50 días si es que bien me fue.
Aquí mi triste historia:
Yo entre a Bimbo con la emoción de cualquier persona que se une a un grupo tan importante, una empresa multinacional, me imagine todas las posibles oportunidades, las utilidades que me darían, las prestaciones, el crecimiento profesional, pues nunca fue así.
Estamos hablando en particular de planta en Tijuana, aunque por buena fuente sé que todas las plantas en toda la república son como esta o un poquito peor.
Para empezar mi puesto era de supervisor de producción, éramos un total de 4 cabrones para un chingo de personas repartidas en aproximadamente unos 6 turnos. Lo que usualmente pasaba es que teníamos que chingarle más de 12 horas por día, porque siempre faltaban supervisores que cubrieran las necesidades de la planta. Así que chinguense, eso sí, han de saber que Biembo no manejan lo que son horas extras ya que como “administrativo de confianza” no puedes recibir horas extra.
Por 10 años tuve que aguantar vara y seguirle, mientras veía como caían compañeros que tiraban la toalla y compañeros nuevos que nuevos y se iban. Cuando no fue suficiente durarles todo el turno más un poco más, salían con pendejadas como que:
-Fulanito, hay junta a las 9:00 am
-Óyeme no me jodas entre a trabajar a las 6 de la tarde ayer, son las 8:30 am y necesito dormir cabrón
Pues ya saben me dice el hijo de puta de mi jefe: aquí hay que chingarle y pues ahí me tienen de su pendejo asistiendo a juntas de 4 horas como mínimo para quedar en nada. A las 12:00 pm, ya me voy a dormir cuando me decía: ah pero espérate cabrón, necesitamos un reporte de lo que acordamos en la junta para ya. -No mamen tengo que dormir-
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