Muchas personas, erróneamente “amenazan” a otras con esta frase, pero en realidad como personas que somos (humanos), también tenemos los mismos derechos y las mismas obligaciones que todos los demás. En el ámbito escolar esta frase es muy utilizada por los padres de familia para “reclamar” a los maestros por la forma en como actuaron con sus hijos, siendo que muchos jóvenes, de secundaria sobre todo, al no tener una formación en valores fundamentales en sus casas, se tornan enormemente rebeldes ante la autoridad que aun en estos días deberían representar los maestros.
¿Que hacer?
Simplemente cuando recibas esta clase de “amenaza” indícale al padre que tu mismo lo puedes conducir a la instancia de derechos humanos que te corresponda por razón de tu domicilio e invítalo a que ponga su querella y en ese mismo momento dale a conocer al funcionario que te atienda los motivos que te orillaron a reprender o a tomar la acción que tuviste.
Por supuesto tu como persona tienes el derecho de ser respetado en la misma medida en que estas obligado a respetar.